Desde hace mucho tiempo, he tenido abandonada la sección de crítica de libros. Sin ninguna razón en particular que explique este hecho, creo pertinente volver con la costumbre de elaborar reseñas sobre lo que leo -al menos algunas de las cosas que leo- o lo que pienso que la gente debería leer.
Ayer terminé con un fabuloso ejemplar de Roberto Saviano. Del autor, diré que no me es familiar en absoluto, pero que -como todo en mi vida- llegó de improviso por alguna razón cósmica de alineación de los chakras planetarios en conjunción con la luna del sereno de la madrugada... o simplemente porque debía llegar en el momento que lo hizo.
Muchos politicuchos de pacotilla dicen que todo aspirante a la política debe leer "El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo, con lo cual, estoy de acuerdo. Sin embargo, en mero siglo XXI, Maquiavelo ha sido más que explotado por todas las corrientes políticas desde el renacimiento hasta nuestros días; por lo tanto, ya gastado y exprimido, creo que hay que buscar otros autores que sean universalmente recomendables, o al menos alguna que otra de sus obras para aquellos que deseen de verdad formarse en el ambiguo arte de la política, porque la política es justamente eso: la capacidad de conseguir lo imposible.
En este conjunto de obras indispensables para el surgir del espíritu crítico y el ojo realista en su amplio espectro, yo recomiendo Gomorra, obra de Saviano, sobre la cuál pueden encontrar la información oficial aquí.
Desde la primera página, nos empezamos a empapar de los colores grises que todo el mundo mafioso posee. De principio a fin, la obra no es ni utópica ni distópica. Todo son matices de gris que nos hacen sentir en una película en blanco y negro, toda ella es una avalancha de realidad contada a través de los ojos de un testigo del submundo de la mafia camorrista -a pesar de ser relativamente reciente-, la cual, vale por extrapolación, para ejemplificar el mundillo de todas las mafias del planeta, las cuales por cierto, como demuestra, tienen un hilo conductor común... que es, una de las cosas que debemos entender de todos los guiños que nos manda el autor.
Los métodos de formación de los aspirantes a camorristas, el contexto social, la falta de oportunidades, la idiosincrasia, las redes de conexión internacional, los complejos individuales y mil aspectos más del mundo de la mafia, son contados ámpliamente en pequeñas historias dentro del texto, que nos hacen ver que el submundo del crimen organizado, es infinitamente más complejo que el que la estupidez de la dialéctica marxista que nos gobierna nos quiere hacer creer.
Esta no es una historia en particular, sino más bien, muchas historias entremezcladas que nos esquematizan un mundo que funciona en paralelo con el que nosotros consideraríamos real. Los nexos políticos, las intrigas, los pactos tácitos, la extorsión, el atraco, en fin; todas las formas de comportamiento delictivo del camorrista promedio son retratadas en líneas magistralmente crudas en su descripción de algo que es mucho más que lo que se nos ha dicho de "La cosa nostra", porque ahí se relata algo mucho más grande que la mafia siciliana, algo que es mucho más fuerte que el estereotipo del mafioso italiano de New York.
Gomorra nos habla de la lucha contra un poder, incluso más grande que el de los gobiernos. Un monstruo con infinitos tentáculos que estrujan a todo el planeta, succionándole la fuerza vital, pero que, paradójicamente lo hace funcionar... aparentemente.
Al final, el lector se hallará en una disyuntiva:
¿Se puede o no combatir al crimen organizado?
Esa pregunta debe responderla cada uno. El autor nos lanza una bomba informativa en la cara, y nos plantea desarrollar la suficiente fuerza como para asumirla, entenderla, enfrentarla y vencerla. Solo desde la política se puede combatir a la mafia. Como dato curioso, hay que decir que el único gobierno en la historia de Italia que logró poner en orden a los camorristas, fue el de Benito Mussollini. Una prueba más, de que todo problema social se resuelve desde una política clara que parta del análisis de los problemas, para plantear soluciones... y no al revés, como lo hace todo el mundo hoy.
Libro con calificación de 10 sobre 10 como recomendable.
