Malditos Dioses!
Nada es más patético, que comprobar que somos juguetes de entidades que están por sobre nosotros. Ahora se me vienen a la mente muchas tragedias e historias de la vieja Grecia, tantos dramas, tantos mensajes ocultos... y por sobretodo, cuanta injusticia.
A mis 28 años admito ser un peón de fuerzas que no entiendo. Maldigo a mis antepasados por sus errores y me maldigo a mi por los que cometeré... y aun así, no puedo quitarme del pecho esta sensación de dolor y pesadumbre por no tener lo que quiero.
Si supiera Teseo cuanta empatía le tengo en este momento.
Si supiera una persona, como puede desequilibrar mi mundo con unas pocas palabras; y que me encanta que me desequilibre. En estos aciagos días en que el mundo se esfuerza por balancearme, yo solo busco la inestabilidad de una acción desbocada hacia una musa. Ando buscando barrancos que cruzar de un salto y viajes que me lleven más allá del norte para encontrar el cálido beso... y sin embargo las señales son tan confusas.
Malditos Dioses y sus señales confusas!
Por qué quienes dicen ser mis amigos, hablan mentiras sobre mi? Por qué quien dice quererme, entrega información errónea y demagógica sobre mi persona? Por qué nadie me pregunta directamente sobre mis cuestiones?
Al final nadie tiene lo que quiere... en eso no te equivocas, y sin embargo yo no tengo absolutamente nada. Creía tener derecho a por lo menos una pequeña porción, pero me es negada y las fuerzas actuantes se deleitan viendo que cada día salgo a la calle a afrontar ésta realidad en donde voy cojeando; no solo por la gota, sino por falta de apoyo.
Y en el fondo, sé que entenderás que todo es mi culpa. Soy el culpable de todo lo que me ha pasado y si me engañé buscando a quien cargarle mis penas, al final no hay nada más que mis hombros para tales menesteres.
No importa que te haya pedido perdón, sé que de corazón me lo diste. Los dioses saben que me he arrepentido de corazón... y se rien.
Esto de encarnar dualidades espirituales me tiene mamado! Tanta disyuntiva y neblina me cabrea! Tanto esfuerzo por dañar y yo con mi maldita costumbre de todo querer arreglar... en fin. Maldigo a los Dioses por dejarme contigo lejos (hipotético lector/a) y con nada en las manos.
Soy un hombre con nada en las manos y Ustedes... Malditos Dioses, riéndose! Pero les advierto... si todo esto continua, tal vez solo empiece a creer en uno y a ver que otro juguete encuentran para divertirse...