Ay... estimadas lectoras mías. A ustedes les dedico unas breves líneas esperanzado en que puedan tomar mi consejo y aplicarlo. Quisiera pensar que por una vez en la vida realmente entienden lo que quiero decir, para que lo reflexionen, analicen y apliquen. Eso quisiera pensar.
Entonces, empecemos preguntándonos:
¿cuántas fotos le han enviado a sus novios, amigos, desconocidos?
¿cuántas de ellas fueron sexualmente sugestivas? (no pretendan engañarme, sé que lo han hecho)
¿cuántas de esas fotos fueron subidas a redes sociales?
¿cuántas de esas fotos están en páginas de citas online?
¿cuántas de esas fotos han sido seguidas de videos... igualmente o más sugestivos?
Podría seguir con la lista de preguntas, pero pienso que con las hechas bastan. Ahora, si la mayoría de sus respuestas han sido afirmativas seguidas de un número especificando el número de ejemplos positivos, SEPAN QUE TIENEN UN PROBLEMA.
La gran mayoría, por no decir totalidad de hombres -menos yo, claro está- han mostrado tales fotos y videos a alguien. Sea amigos, conocidos o incluso, los han subido a alguna página o red social. Eso siempre sucede, sobre todo, porque el "galán" que Uds. escogieron como destinatario de sus actividades retratísticas, por lo general es un imbécil de medio pelo con el control mental de un quinceañero, y además, las hormonas... de un quinceañero.
Cada vez que envíen un "producto con su imagen" (que linda forma de decirlo) están dándole poder a esa otra persona sobre Uds. Le están dando la capacidad, por ejemplo, de chantajearlas o meterlas en alguna trama confusa (vaya que estoy fino con las fracesillas).
Aprendan a cuidar lo más privado que tienen. No es un juego. Cada cosa que se comparte por redes sociales o peor aun, Whatsapp, es un material que de algún modo terminará cambiando de manos. En cierto modo, es como una moneda. Es algo que tiene valor, pero que como va cambiando de manos rápidamente se vuelve muy sucio. Y nadie quiere algo sucio, por más valor que tenga. Lo gastará tan rápido como le llegó...
Dejen de caer en juegos baratos de manipulación. Si un hombre les pide fotos o videos... mándenlo a volar, ¡ese idiota no vale la pena para nada!
Las quiero mucho. Por cierto, dejen de enviar sus fotos desnudas a mi buzón. No les haré caso.