Ayer, mientras viajaba en bus -si, aun hay gente blanca que lo hace- se sentaron delante de mi, un par de chicas, que por su uniforme, evidenciaban estar en colegio. Un par de cuadras después, se subió otra. Las dos de delante mio, al verla, preguntaron instantáneamente: Por qué tan sola?
En esta etapa del Kali yuga, en donde todo el mundo se esfuerza por hacerte "igual", la soledad es algo que sorprende, y hasta parece herir. Cuando uno camina solo por un cine o un centro comercial, hay personas que se escandalizan ante la idea, de que uno no esté acompañado. Si uno conversa consigo mismo -dentro de si, obviamente- es incomprendido y juzgado de loco. Y lo admito, es de locos osar ser INDIVIDUO en esta sociedad de ovejas, en donde todo es gregario, vulgar y apesta a compañía. Algo así como el olor de los buses pero prolongado por toda la existencia...
Son pocos los que -como yo- pueden bajarse del bus conscientes de que no les afecta no tener a nadie al lado. El bus nos lleva a un destino, pero es uno quien decide donde bajarse. En mi caso, me baje un par de cuadras antes para ver un terreno que tiene unos árboles bonitos en medio de este infierno de cemento. Tenia la loca idea de que los árboles iban a purificar el humo del bus y el olor de su gente... un olor como de ovejas...
Vivan los árboles!
