Me arrancó un par de lágrimas escuchar
una escena que se desarrolló a mi lado en un centro comercial de Quito. Un
muchacho de como 20 años puteaba a su hermano menor exigiéndole que se
discipline en sus estudios, que ayude en la casa, que se dedique a estudiar con
más empeño… en fin, lo puso en regla.
Es tan rara la escena; que me llegó
a conmover, dado que la disciplina no es algo que uno encuentre por la calle
hoy en día. Me encantó la forma de sermonear del hermano mayor, exigiendo del
menor QUE SE CALLASE y que ponga ATENCIÒN para que aplique lo que le decía.
Me hubiese encantado tener
alguien que me putee de pequeño y quizá hoy estuviera en otra situación.