Esa inteligentísima idea de ciertas féminas de pedir dinero en "compensación"
por el estar embarazadas es una costumbre ancestral. Calderón de la Barca lo
demuestra en esta obra en donde le tratan de chantar a Don Pegote, hijo
supuesto y desventura. Lo diferente -y curioso- es que él salga librado, lo
cual no sucede en nuestros días, donde la más mínima palabra respecto de
embarazo, es sinónimo de sumisión y compromiso varonil. Como siempre digo:
Antes se vivía mejor!
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¿Por qué un blog?
Porque quiero expresar lo que leo, lo que odio, lo que pienso y lo que siento. Es mio y hago lo que me venga en gana, a quien no le guste... regrese y continue alimentando su odio (leer disclaimer).
Séan bienvenidos!
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