De todos los pecados del hombre moderno, quizá el
peor sea el creerse dominador de la naturaleza. La naturaleza, en su aspecto
material, nos lleva una ventaja difícil de entender... solemos caer en la
ilusión de que la hemos dominado a través del entendimiento; sin embargo, nos
gana en un aspecto tan poco analizado, pero determinante: el tiempo.
Nadie ha vivido, vive o vivirá más que la
naturaleza... y precisamente por eso, debemos olvidar la creencia de nuestro
dominio sobre ella.
En nuestro aspecto material, somos nada más que un pestañeo
en la historia… pero si hablamos de espíritu, ahí si es otra cosa!
Continuará…